miércoles, 2 de julio de 2014

El retorno.

Después de casi un año de ausencia, las raíces me han llamado. Es difícil suprimir los deseos de expresarme a través de las letras, sobretodo cuando uno decide leer un par de libros o se está leyendo alguno, más aún cuando alguien como yo, a quien le apasiona escribir, se ha mantenido fuera de combate, y no por razones que pesen, sino más bien por mera holgazanería.

Estoy en una batalla interna, con un poco de pena y con la cola entre las patas, porque a decir verdad considero que ustedes merecen una disculpa, ustedes que hacían un poco de tiempo para pasarse por este sitio virtual que alberga una parte de mi, merecen una disculpa por dejar de compartirles mis alegrías, en las cuales muchos de ustedes también reían a mi lado, también mis tristezas y mis momentos que no encajan en ninguna categoría... pero también me merezco una disculpa de mi para mi, por abandonar mis sueños, por no permitirme a mi mismo expresarme libremente y sobretodo, por no cumplir mis metas.

Hay quienes que sin saber juzgan y pasar experiencias similares hablan, como si la lengua tuviera vida propia y no pudieran controlarla. Dicen que tener un blog es sólo una pérdida de tiempo. A lo mejor si, pero no. La disciplina que se desarrolla, el hábito que va creciendo como llamas arrasando un bosque, eso... eso no es para nada perder el tiempo. Quiero seguir aquí, leyéndolos y escribiendo para mi y para ustedes.

Ésto solo comienza.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Padres, hijos y sus cosas


Siempre he considerado que una de las cosas más importantes para el ser humano es observar. Y es por eso que tengo esa fijación en el comportamiento de las personas: gestos, palabras, lenguaje corporal, mensajes entre lineas, etcétera. Y, quizás, al no verme rodeado de muchas personas, pongo en práctica esa pasión con mi familia, sí, no voy a negarlo, si fuera otra persona quien me contara que hace ésto mismo con su familia, tendría una especie de pensamiento contrariado, no sabría si decir que está bien tomar como conejillos de india a sus seres queridos, o lo contrario... Pero, en fin, yo hago ésto y qué más da.

Después de aguzar mis sentidos en repetidas ocasiones, de ver las indirectas que suele dejar ir mi madre y de ese método -que, a decir verdad, suele darme resultados en un gran porcentaje de las veces que lo utilizo- de "mentira por verdad" que tiene por costumbre ocupar mi padre para obtener la respuesta que él ya sabe, puedo decir que los padres -por lo menos los míos- no se dan cuenta que en repetidas ocasiones manipulan a los hijos, y a veces -y quizás se me tome como una exageración, pero, para ser franco, no lo puedo ver de otra manera- hacen que uno se sienta en un cruce de caminos, del cual, dependiendo de la decisión que uno tome va a determinar si va a ser más o menos querido.

Yo no soy muy comunicativo, quizás comento lo necesario, lo que considero que mis padres deben saber y creo que todo hijo hace eso. No me gusta expresar lo que siento, por lo menos no con mis padres. No sé si es porque nunca salió de ellos un acercamiento, o quizás mi relación con ellos nunca fue tan estrecha, el punto es que recientemente ésta cuestión salió a flote con mi padre. Y, como era de esperarse, el bendito método hizo su acto de presencia... Pero ya está trillado, más que trillado. Y luego la frase: "deberías confiar en mi, yo soy tu amigo..." entonces, ¿contar o no contar? ¿Desembuchar y ser sermoneado o callar y de igual manera recibir el sermón?

El otro tema, es la religión. Padre católico, madre evangélica, quien no sabe lo que es tener éste problema le comunico que debería de estar agradecido con su deidad y vociferar cánticos y alabanzas al cielo por estar libre de semejante barbarie. Desde pequeño mi madre me llevaba a la iglesia evangélica, con ella. Los problemas con las iglesias de ésta denominación son varios y de cierto modo me he visto afectado por ellos. Al ser iglesias pequeñas, tienden a desintegrarse, y si no se desintegran, en su mayoría carecen de amor al prójimo y se dedican a contar rumores de sus "hermanos" -y hermanos entre comillas porque con hermanos así mejor no tenerlos- y ya no se sabe si en realidad un club social, una sala de chat o un punto de encuentro masoquista. El caso es que siempre he ido a donde mi madre me ha llevado. Estudié en un colegio católico y nunca me gustó. "¿Por qué, estudiando durante toda tu etapa de escolar en un colegio católico, por qué sos evangélico?" la eterna cuestión de mi padre, quien nunca me llevo a una misa y se cuestiona por qué soy evangélico, y mis eternas respuestas las cuales no considera como argumentos, es un tema para gastar saliva y nada más que para eso. "Vamos a ir a la iglesia ahora, ¿verdad?" si le contesto a mi madre con una negativa, ya se que lo que viene después: reproches y los incontables "mira lo que hago por vos, yo te hago la cena cuando venís de la universidad, mira que hago ésto y lo otro". "Entonces vas a ir el miércoles conmigo" dicho con un tono el cual no se sabe si es pregunta o afirmación, y no me doy cuenta sino hasta el propio día cuando recibo un "¿por qué no te has alistado?". A veces me cuesta comprender el amor de los padres, no puedo decir que está obstinada en que yo asista con ella, no puedo considerar como que me quiere perjudicar porque en realidad no lo quiere hacer, se que es por mi bien, pero ¡vamos! En cuántas ocasiones le he dicho que no me presione en éste aspecto. Uno como hijo suele tener pocas demandas -haciendo a un lado lo material, aclarando- y al ser pocas, uno desea que no sean ignoradas. Ellos como padres demandan de uno tantas cosas y desean que uno las acate al pie de la letra y si se te pasa por alto una, sólo una... ¡Arde troya!

Es esa delgada y dolorosa linea, en donde te sentís manipulado, en donde no sabes cómo comportarte o qué hacer porque al proceder de una forma, vas a obtener un resultado favorable, pero si tomas el otro camino, la reacción es adversa. Creo que muchas veces los padres olvidan que fueron hijos, en diferente tiempo pero lo fueron. Y a veces uno de hijo olvida que ser padre, aunque en apariencia y no en experiencia, es una cosa complicada. Quizás bastaría con que ambos lados hicieran conciencia y tomar las cosas desde otro ángulo.

viernes, 23 de agosto de 2013

Entrelazados


No cabe duda, éste día fue una prueba, para mí, para vos, para los dos. Puedo comparar éste día a nuestros problemas, los cuales vienen siendo una gota de agua en la que la mayoría de las veces nos ahogamos, pero de una manera u otra buscamos cómo salir de esa gota, y justo así fue hoy, nos tocó improvisar, y lo supimos superar. Éste día fue una prueba superada.

Han sido cuatro meses a tu lado, con días difíciles, algunos con lágrimas, otros con problemas, pero en ningún segundo ha faltado el amor, eso siempre ha estado fijo y permanente. He amado cada experiencia juntos, cada llamada, cada mensaje... Es tan grande la necesidad de tenerte en mi vida, Nie, nunca en mis veintiséis años de vida he sentido ésta necesidad por alguien, por saber qué va a suceder en el futuro, por saber si Dios te ha puesto en mi camino para que seas mi esposa, y es cierto, no voy a negarlo, a cualquiera que lea ésto le parecerá un poco patética mi vida, quizás daría la impresión que no he sentido muchas cosas en mi vida, que los sentimientos no han brotado sino hasta hoy, con vos, porque hablar del futuro con cuatro meses de relación realmente es una locura. ¿Y qué? Estoy loco por vos.

Amo saber tus miedos, tus inseguridades, tu lado frágil, tu sonrisa, tu mirada, amo conocerte tanto, amo que seamos tan parecidos en ciertos aspectos, pero también diferentes en otros. Creo que nunca me había sentido tan acoplado a alguien. Algunas veces he sentido que no soy suficiente para vos, que realmente mereces a alguien mejor, porque nunca voy a dejar de pensar que vos sos un ángel enviado por Dios... A veces siento eso, pero me he propuesto ser una mejor persona para vos, ser alguien mejor.

Gracias por ser mi motivación día a día, gracias por estar a mi lado en éste tiempo (que ambos sentimos que ha sido más largo de lo que realmente es), gracias por amarme como lo haces. Gracias por aparecer en mi vida y mejorarla tanto. Te amo.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Todo cambia


Es difícil ésto, de estar a tu lado y no poder decir nada, no saber qué decir. Ésto de ir, sobre ésta carretera, con el silencio incómodo. Quisiera decirte que todo estará bien, pero desconozco el futuro y no me gusta mentirte. Tu situación no es del todo complicada, lo único que necesitas es apoyo en tus decisiones y de mi parte lo vas a recibir siempre.

No sé, tengo 26 años de conocerte y de estar con vos en las buenas y en las malas, pero siento que ya no somos los mismos, creo que desde que te fuiste de casa todo es diferente. Nuestra relación ya no es la de antes, no sé cómo acercarme a vos.

Qué desagradable, sentirme impotente, sentir que no puedo aportar nada más que compañía física. Te amo hermana, procuraré siempre estar para vos.

lunes, 19 de agosto de 2013

La historia comienza.


Hola. Mi nombre es René, tengo 26 años. No puedo decir mucho de mi vida porque para ser sincero no es muy variable, más bien es rutinaria. Y dicho ésto no quiere decir que no estoy contento con mi vida, claro que lo estoy, es sólo que a veces desearía experimentar más cosas. Soy Salvadoreño por nacimiento y actualmente vivo acá, en El Salvador. Me gusta mucho la música, quizás es de las pocas cosas que hacen que me desconecte totalmente de la realidad.

Antes tenía un blog, se llamaba Mi vida desocupada, y lo abandoné porque consideré que había llegado a un punto en el que no me quedaba tiempo, y no recuerdo por qué otro motivo, pero aquí estoy de nuevo.

Siempre he visto el blog como un medio para liberar estrés, compartir experiencias y hacer amigos, aunque en todo mi tiempo siendo blogger solo he hecho una amistad, no sé si es por mi forma de ser, o es que realmente ya las personas no ven futuro a contactarse con un desconocido.

Espero poder compartir con ustedes las cosas que me hacen feliz, las que me ponen de mal humor, música, experiencias agradables y desagradables, videos y muchas cosas más. Desde aquí, comienza la historia. Bienvenidos.